lunes, 5 de mayo de 2014

Cuando la inocencia se esfuma de un alma




Esta es una historia bastante fuerte, donde se juega con la sensibilidad y a con algo que a todos nos puede afectar, la inocencia de una niña perdida gracias a un gran hijo de puta, porque no hay otras palabras como para definir a una persona que pueda ser capaz de algo así.

CUANDO LA INOCENCIA SE ESFUMA DE UN ALMA.

Sus ojos brillaban a la luz del sol, mientras jugaba en la plaza de deportes, ubicada en la teja.
Corría de un lado a otro, sin preocupaciones y con una sonrisa de oreja a oreja. El viento hacía que su rubio pelo volara en su espalda,
Otros niños jugaban cerca de ella, algunos en la arena, otros en las hamacas y un grupito jugaba al fútbol.
- Celeste, vamos a casa- le grito su madre, desde el portón de la plaza. La niña se llamaba celeste, por el hermoso color de sus ojos, tenía nueve años y vivía sola con su madre. Nunca conoció a su padre, ya que éste abandonó a su madre al enterarse de que María había quedado embarazada a sus 22 años. Para criarla tuvo que abandonar sus estudios en la facultad de medicina y comenzar a trabajar 10 horas diarias, ya que su familia no podía apoyarla económicamente. Pero la niña no sabía todo esto, ella vivía en una nube, flotando por el aire, dejándose llevar por las cálidas brisas de primavera.
- Voy, mami- le respondió ella. Luego se fueron caminando de la mano a su casa, que quedaba a unas tres cuadras de la plaza.
- Hija, hoy tendremos visitas- le dijo la madre.
- Visitas? vendrán los abuelos?- le preguntó con su mirada inocente.
- No, no son los abuelos.
- Quién entonces?
- Es un amigo, se llama Raúl.
-Es tu novio?- y su madre se quedó congelada por un instante. No podía creer lo rápida que era con tan solo 9 años.
- No, no es mi novio aún- y siguieron caminando, mientras ambas sonreían, una por atrapar a su madre desprevenida y otra por lo inteligente que era su hija.
A las dos horas, cuando era la hora de la merienda, celeste se preparaba para timar chicolatada y galletas Toddys, que eras sus preferidas, cuando de pronto sonó el timbre.
- Es Raúl?- pregunto Celeste, con una sonrisa burlona pero al mismo tiempo tierna.
- Habrá que ver- le respondió María, devolviendole su sonrisa con una sonrisa curiosa.
Cando abrió, vio a Raúl, que en sus manos tenía una muñeca, chocolatada y galletas Toddys.
- No era necesario- le dijo María, mientras lo besaba en el cachete.
- No son para ti- le dijo- son para esa niña tan linda que tienes- mientras le dedicaba un guiño a la niña, mientras ella se ruborizaba.
- Gracias- respondió ella, muy tímida, mientras agarraba los regalos y se iba corriendo al living a ver las caricaturas.
Ese fue el primer encuentro con Raúl. Como ese hubieron muchos otros.
Pasado dos meses, Raúl, se mudó y paso a vivir con ellas, él trabajaba en una empresa de publicidad y le iba muy bien. De vez en cuando le hacía regalos y Celeste cada vez le tomaba más confianza.
Una tarde, mientras hacía los deberes de la escuela, Raúl estaba mirando la televisión.
Cada uno concentrado en su tarea, hasta que en un momento, celeste, descubrió que el hombre la miraba de forma extraña, de una manera que nunca había visto que miraran a alguien. Celeste no comprendía que significaba esa mirada, pero otra persona, mayor a esa niña, hubiera notado en su mirada como la lujuria se apoderaba de él.
Ella no prestó más atención y siguió con sus tareas. Pero con el correr de los días esas miradas se hacían cada vez más constantes.
Una mañana, María tenía que ir al medico y le pidió a su novio que cuidara de su niña, él con gusto acepto, se besaron y ella se fue.
Al rato, el hombre llama a la niña.
- Ven un segundo, Cele- Cele era la forma tierna con la que llamaba a la nena.
- Voy- le respondió y dejo lo que estaba haciendo.
Luego, Raúl, comenzó a hablarle de ciertas cosas, como por ejemplo dibujos y la escuela, pero ella perdió el hilo de la conversación cuando sintió que la mano de aquel hombre comenzó a deslizarse por su espalda, luego cintura hasta llegar a su cola y empezar a manosearla suavemente sin dejar de hablar...

Continuara...

HOLA!! Espero que comenten y pongan me gusta su les interesa que siga con la historia!! Muchas gracias!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

lunes, 5 de mayo de 2014

Cuando la inocencia se esfuma de un alma




Esta es una historia bastante fuerte, donde se juega con la sensibilidad y a con algo que a todos nos puede afectar, la inocencia de una niña perdida gracias a un gran hijo de puta, porque no hay otras palabras como para definir a una persona que pueda ser capaz de algo así.

CUANDO LA INOCENCIA SE ESFUMA DE UN ALMA.

Sus ojos brillaban a la luz del sol, mientras jugaba en la plaza de deportes, ubicada en la teja.
Corría de un lado a otro, sin preocupaciones y con una sonrisa de oreja a oreja. El viento hacía que su rubio pelo volara en su espalda,
Otros niños jugaban cerca de ella, algunos en la arena, otros en las hamacas y un grupito jugaba al fútbol.
- Celeste, vamos a casa- le grito su madre, desde el portón de la plaza. La niña se llamaba celeste, por el hermoso color de sus ojos, tenía nueve años y vivía sola con su madre. Nunca conoció a su padre, ya que éste abandonó a su madre al enterarse de que María había quedado embarazada a sus 22 años. Para criarla tuvo que abandonar sus estudios en la facultad de medicina y comenzar a trabajar 10 horas diarias, ya que su familia no podía apoyarla económicamente. Pero la niña no sabía todo esto, ella vivía en una nube, flotando por el aire, dejándose llevar por las cálidas brisas de primavera.
- Voy, mami- le respondió ella. Luego se fueron caminando de la mano a su casa, que quedaba a unas tres cuadras de la plaza.
- Hija, hoy tendremos visitas- le dijo la madre.
- Visitas? vendrán los abuelos?- le preguntó con su mirada inocente.
- No, no son los abuelos.
- Quién entonces?
- Es un amigo, se llama Raúl.
-Es tu novio?- y su madre se quedó congelada por un instante. No podía creer lo rápida que era con tan solo 9 años.
- No, no es mi novio aún- y siguieron caminando, mientras ambas sonreían, una por atrapar a su madre desprevenida y otra por lo inteligente que era su hija.
A las dos horas, cuando era la hora de la merienda, celeste se preparaba para timar chicolatada y galletas Toddys, que eras sus preferidas, cuando de pronto sonó el timbre.
- Es Raúl?- pregunto Celeste, con una sonrisa burlona pero al mismo tiempo tierna.
- Habrá que ver- le respondió María, devolviendole su sonrisa con una sonrisa curiosa.
Cando abrió, vio a Raúl, que en sus manos tenía una muñeca, chocolatada y galletas Toddys.
- No era necesario- le dijo María, mientras lo besaba en el cachete.
- No son para ti- le dijo- son para esa niña tan linda que tienes- mientras le dedicaba un guiño a la niña, mientras ella se ruborizaba.
- Gracias- respondió ella, muy tímida, mientras agarraba los regalos y se iba corriendo al living a ver las caricaturas.
Ese fue el primer encuentro con Raúl. Como ese hubieron muchos otros.
Pasado dos meses, Raúl, se mudó y paso a vivir con ellas, él trabajaba en una empresa de publicidad y le iba muy bien. De vez en cuando le hacía regalos y Celeste cada vez le tomaba más confianza.
Una tarde, mientras hacía los deberes de la escuela, Raúl estaba mirando la televisión.
Cada uno concentrado en su tarea, hasta que en un momento, celeste, descubrió que el hombre la miraba de forma extraña, de una manera que nunca había visto que miraran a alguien. Celeste no comprendía que significaba esa mirada, pero otra persona, mayor a esa niña, hubiera notado en su mirada como la lujuria se apoderaba de él.
Ella no prestó más atención y siguió con sus tareas. Pero con el correr de los días esas miradas se hacían cada vez más constantes.
Una mañana, María tenía que ir al medico y le pidió a su novio que cuidara de su niña, él con gusto acepto, se besaron y ella se fue.
Al rato, el hombre llama a la niña.
- Ven un segundo, Cele- Cele era la forma tierna con la que llamaba a la nena.
- Voy- le respondió y dejo lo que estaba haciendo.
Luego, Raúl, comenzó a hablarle de ciertas cosas, como por ejemplo dibujos y la escuela, pero ella perdió el hilo de la conversación cuando sintió que la mano de aquel hombre comenzó a deslizarse por su espalda, luego cintura hasta llegar a su cola y empezar a manosearla suavemente sin dejar de hablar...

Continuara...

HOLA!! Espero que comenten y pongan me gusta su les interesa que siga con la historia!! Muchas gracias!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuando la inocencia se esfuma de un alma




Esta es una historia bastante fuerte, donde se juega con la sensibilidad y a con algo que a todos nos puede afectar, la inocencia de una niña perdida gracias a un gran hijo de puta, porque no hay otras palabras como para definir a una persona que pueda ser capaz de algo así.

CUANDO LA INOCENCIA SE ESFUMA DE UN ALMA.

Sus ojos brillaban a la luz del sol, mientras jugaba en la plaza de deportes, ubicada en la teja.
Corría de un lado a otro, sin preocupaciones y con una sonrisa de oreja a oreja. El viento hacía que su rubio pelo volara en su espalda,
Otros niños jugaban cerca de ella, algunos en la arena, otros en las hamacas y un grupito jugaba al fútbol.
- Celeste, vamos a casa- le grito su madre, desde el portón de la plaza. La niña se llamaba celeste, por el hermoso color de sus ojos, tenía nueve años y vivía sola con su madre. Nunca conoció a su padre, ya que éste abandonó a su madre al enterarse de que María había quedado embarazada a sus 22 años. Para criarla tuvo que abandonar sus estudios en la facultad de medicina y comenzar a trabajar 10 horas diarias, ya que su familia no podía apoyarla económicamente. Pero la niña no sabía todo esto, ella vivía en una nube, flotando por el aire, dejándose llevar por las cálidas brisas de primavera.
- Voy, mami- le respondió ella. Luego se fueron caminando de la mano a su casa, que quedaba a unas tres cuadras de la plaza.
- Hija, hoy tendremos visitas- le dijo la madre.
- Visitas? vendrán los abuelos?- le preguntó con su mirada inocente.
- No, no son los abuelos.
- Quién entonces?
- Es un amigo, se llama Raúl.
-Es tu novio?- y su madre se quedó congelada por un instante. No podía creer lo rápida que era con tan solo 9 años.
- No, no es mi novio aún- y siguieron caminando, mientras ambas sonreían, una por atrapar a su madre desprevenida y otra por lo inteligente que era su hija.
A las dos horas, cuando era la hora de la merienda, celeste se preparaba para timar chicolatada y galletas Toddys, que eras sus preferidas, cuando de pronto sonó el timbre.
- Es Raúl?- pregunto Celeste, con una sonrisa burlona pero al mismo tiempo tierna.
- Habrá que ver- le respondió María, devolviendole su sonrisa con una sonrisa curiosa.
Cando abrió, vio a Raúl, que en sus manos tenía una muñeca, chocolatada y galletas Toddys.
- No era necesario- le dijo María, mientras lo besaba en el cachete.
- No son para ti- le dijo- son para esa niña tan linda que tienes- mientras le dedicaba un guiño a la niña, mientras ella se ruborizaba.
- Gracias- respondió ella, muy tímida, mientras agarraba los regalos y se iba corriendo al living a ver las caricaturas.
Ese fue el primer encuentro con Raúl. Como ese hubieron muchos otros.
Pasado dos meses, Raúl, se mudó y paso a vivir con ellas, él trabajaba en una empresa de publicidad y le iba muy bien. De vez en cuando le hacía regalos y Celeste cada vez le tomaba más confianza.
Una tarde, mientras hacía los deberes de la escuela, Raúl estaba mirando la televisión.
Cada uno concentrado en su tarea, hasta que en un momento, celeste, descubrió que el hombre la miraba de forma extraña, de una manera que nunca había visto que miraran a alguien. Celeste no comprendía que significaba esa mirada, pero otra persona, mayor a esa niña, hubiera notado en su mirada como la lujuria se apoderaba de él.
Ella no prestó más atención y siguió con sus tareas. Pero con el correr de los días esas miradas se hacían cada vez más constantes.
Una mañana, María tenía que ir al medico y le pidió a su novio que cuidara de su niña, él con gusto acepto, se besaron y ella se fue.
Al rato, el hombre llama a la niña.
- Ven un segundo, Cele- Cele era la forma tierna con la que llamaba a la nena.
- Voy- le respondió y dejo lo que estaba haciendo.
Luego, Raúl, comenzó a hablarle de ciertas cosas, como por ejemplo dibujos y la escuela, pero ella perdió el hilo de la conversación cuando sintió que la mano de aquel hombre comenzó a deslizarse por su espalda, luego cintura hasta llegar a su cola y empezar a manosearla suavemente sin dejar de hablar...

Continuara...

HOLA!! Espero que comenten y pongan me gusta su les interesa que siga con la historia!! Muchas gracias!!